"El niño que no juega nunca niño llega a ser,pero el hombre que no juega pierde al niño que hay en él". Leonardo Castillo
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martes, 30 de octubre de 2007

Selección y optimización de recursos materiales


Tipos de material

Asumimos que material deportivo es todo aquel que, no estando construido de obra, ha sido añadido a una instalación para complementarla y equiparla para la práctica de actividad física (Galera, 1996), incluyendo en esta definición tanto los grandes aparatos que suelen denominarse “equipamiento deportivo”, como el material convencional y no convencional que se puede utilizar para practicar deporte en su más amplia concepción (incluye todas las vertientes: educativa, rehabilitadora, competitiva, etc.).

Existen numerosas clasificaciones del material deportivo, en función de diferentes criterios, aunque no se diferencien de manera importante en cuanto a los tipos de materiales que finalmente recogen. No siendo nuestro primer objetivo el reflejar los diferentes tipos de clasificaciones, y sí los diferentes materiales de que podemos disponer; puede sernos útil la clasificación que hace Galera (1996) partiendo de una concepción fundamentalmente facilitadora de la gestión del material. Divide 6 tipos de materiales:

  1. Aparatos empotrados, colgados o fijos: Se caracteriza porque, estando anclado, empotrado o fijado de modo permanente, permite retirarlo con una pequeña obra o maniobra técnica.
    Se incluyen aquí las anillas, barra fija, escalera horizontal, cuerdas de trepa, etc. Excluye el de deportes de equipo, por tener un grupo propio aparte.

  2. Material móvil pesado: Se diferencia del anterior porque puede trasladarse rápidamente de un lugar a otro, siendo normalmente necesarias varias personas para ello.
    Se incluyen aquí los bancos suecos, caballo, potro, minitramp, vallas de atletismo...Nuevamente se excluye el material de los deportes de equipo.

  3. Material móvil ligero: Incluye todo tipo de material transportable fácilmente por una persona.
    Se incluyen aquí aros, cuerdas, mazas, balones medicinales, estafetas, testigos...Se excluyen los materiales de deportes de equipo.

  4. Material de deportes de equipo: Incluye tanto el material fijo como el móvil, concebido y fabricado para la práctica de deportes de equipo.
    Aquí se sitúan los aros de baloncesto, cables para redes, porterías, etc. Se excluyen los balones por tener una categoría propia aparte.

  5. Balones, pelotas y discos voladores: Tienen una categoría aparte por la gran motivación que suscitan y por su importancia didáctica.

  6. Material auxiliar: Se incluye en esta categoría tanto el material de evaluación (cronómetros, cintas métricas...) como el material no convencional y en general todo el no incluido en los grupos anteriores (petos, neumáticos, tacos de madera, infladores...).

Como veremos más adelante, lo que Galera incluye en el último grupo llamándolo “material no convencional” va a resultar fundamental dentro de nuestra propuesta.

Además de éste material, Díaz (1996) centrándose en el contexto educativo, añade otro tipo de material, que podemos llamar material complementario y que incluye aquel material que se utiliza para la docencia de la educación física, pero que complementa al hasta aquí relacionado para lograr los objetivos educativos. Divide 4 grupos:

  1. Equipamiento de los alumnos, es decir, aquel material que no es propiedad y responsabilidad del centro, sino que los alumnos deben aportar para el desarrollo de las actividades. Se puede agrupar en tres tipos:

    1. De uso y responsabilidad exclusiva: ropa deportiva y útiles de aseo.

    2. Para actividades puntuales: mochila, bañador, botas de montaña, etc.

    3. Material a adquirir al inicio del curso: en algunos centros, se solicita a los alumnos que se equipen con algún pequeño material que utilizarán a lo largo del curso: un aro, una raqueta de badminton, etc.

  2. Material de soporte del profesor, referido a aquel que le permite las labores de gestión y organización de la asignatura. Se diferencian dos grupos:

    1. Documentos que archivan y guardan datos: expedientes de alumnos, listas de asistencia, cuadernos de alumnos, programaciones, etc.

    2. Documentos que transmiten información: a los padres, informes médicos, psicológicos, etc.

  3. Material impreso, que sirva para seleccionar y complementar los contenidos. Se trata de recursos bibliográficos como revistas, libros, dossiers, etc. Podemos distinguir dos tipos según el uso que se les de:

    1. Para el profesor: como apoyo y medio de actualización.

    2. Material de aula y consulta para el alumnado.

  4. Material audiovisual e informático, que cumplirá las mismas funciones que el material impreso. Distinguimos 4 grupos:

    1. Aparatos audiovisuales: casete, proyector de diapositivas, televisión, video, etc.

    2. Soportes audiovisuales: diapositivas, transparencias, películas, etc.

    3. Recursos musicales.

    4. Programas informáticos: tanto de apoyo al profesor (administrativo...) como de transmisión de conocimientos.


Criterios para la selección del material

El material debe estar al servicio del profesor y alumnos, y no al revés; según ésto, puede ser muy útil, tener en cuenta los criterios que sugiere Galera (1996) a la hora de seleccionar el material para nuestro centro:

  1. Polivalente. A menudo será más interesante (además de más barato) un material genérico y utilizable en diferentes actividades, que el específico de un deporte concreto.

  2. Adaptable. Sería ideal poder contar con un material adaptable a las características y momento evolutivo de las personas que van a utilizarlo. Si esto no es posible, buscaremos un material adaptado a las características del grupo que lo va a usar en cada caso.

  3. Manejabilidad. Para que suponga versatilidad, y no limitaciones, el material pesado se preferirá desmontable y móvil, siempre que esto no le reste estabilidad y seguridad.

  4. Seguridad. Seleccionar siempre material sin aristas ni zonas peligrosas, y con los protectores y complementos necesarios para prevenir accidentes en su utilización y manejo.

  5. Mantenimiento. Es preferible material de fácil mantenimiento que el de mantenimiento difícil o costoso.

  6. Coste. Entre artículos de calidad semejante, puede haber notables diferencias en el precio, debido a costes de publicidad, importación, etc.

  7. Calidad. Siempre que sea posible, optar por una calidad que garantice una duración suficiente, aunque esto suba algo el coste; de lo contrario, un material de deficiente calidad acabará resultando más caro, puesto que su corta duración nos obligará a una nueva compra.

  8. Estética. Un diseño agradable y cuidado es claramente un factor determinante de la motivación para su uso.

  9. Destino de uso. Dar prioridad a aquel material que va a ser usado en más ocasiones y por más personas.

  10. Existencias previas. Cerciorarse antes de hacer una nueva adquisición del material con el que ya se cuenta.

En general, el tipo y la cantidad de material que se adquiera para el centro debe permitir (Díaz, 1996):

  • La realización de todas las habilidades básicas y genéricas

  • La delimitación del espacio (cinta de balizado, métrica y de pintor para interior o de precinto para exterior)

  • La realización de ayudas (cinturones, arneses, planos inclinados...)

  • La protección de los practicantes (cascos, rodilleras...)

  • La evaluación (cronómetro...)


Concepciones en el uso del material

Todas las recomendaciones que hemos recogido hasta ahora facilitan principalmente aspectos organizativos y de control, cuestiones fundamentales y siempre necesarias; pero no suficientes desde nuestro punto de vista. Hay otra cuestión primordial que va a condicionar de manera determinante el rendimiento obtenido en el uso del material, concretamente el rendimiento referido a su funcionalidad didáctica. Hablamos de lo que Díaz (1996) llama concepciones de los materiales, distinguiendo dos tipos fundamentales de concepciones:

  1. Concepción neutra

    Una concepción neutra de los materiales conduce a una utilización cerrada de los mismos, cumpliendo funciones principalmente instructivas y reproductoras. Lo que se produce es una transmisión cerrada de los contenidos, sin variantes ni alternativas en el uso de los materiales.

    El profesor es un mero usuario de las empresas comercializadoras de material deportivo, solicitando a sus aprendices la reproducción de habilidades tomadas de modelos muy concretos, especialmente de deportes; y llevando con todo esto a sus alumnos a una situación de homogeneización y uniformidad en su currículum.

  2. Concepción participativa y emancipadora

    Los profesores que se adscriben a esta concepción siguen un camino inverso: en lugar de seguir las pautas de los fabricantes de materiales; producen y seleccionan materiales a partir de la actividad escolar, pudiendo modificar los materiales y sus usos con el fin de mejorar la práctica docente.

    El profesor, en lugar de ser un simple reproductor de conocimientos predeterminados; selecciona, elabora y evalúa los materiales en función del tipo de conocimientos que quiere favorecer. Entre otras muchas ventajas, con esto se podría conseguir un currículum más centrado en el dominio de habilidades procesuales que en contenidos concretos.

Nosotros nos situamos en esta concepción, y dentro de ella, podemos optar por varios caminos, pudiéndose y de hecho recomendamos que así se haga, combinar todos ellos. Estas recomendaciones, nos aportarán además de las ya inherentes a la concepción participativa y emancipadora, una serie de ventajas nada desdeñables desde el punto de vista de la gestión del material (Galera, 1996):

  • Prolonga la utilidad del material específico más allá de sus usos convencionales.

  • Aumenta las posibilidades de uso de material diverso, contribuyendo con ello a la motivación de los participantes.

  • Responsabiliza en la gestión a los usuarios.

  • Les educa en técnicas concretas de construcción y búsqueda de soluciones para disponer de más material, e incrementa su creatividad.

  • Abarata los costes de dotación de material.

Los diferentes caminos que nos conducirán a estas ventajas son:

En primer lugar, contar con una dotación diversificada, o sea, no nos limitaremos a los proveedores habituales de material deportivo, contando también con otros proveedores cuya actividad principal no sea la fabricación o distribución de material deportivo (carpinteros, herreros, jugueteros, albarderos, etc.).

También a la hora de la dotación de material, contaremos con el empleo de material no convencional, es decir, todo aquel que, a priori, no fue concebido para el uso deportivo (escobas, paredes, árboles, etc.). Una de sus principales ventajas es su bajo coste. Su infinita diversidad hace que sea difícil su clasificación, Galera (1996) propone la siguiente:



Recomendamos además optar por un uso multifuncional, esto es, utilizar el material no sólo para las funciones para las que originariamente ha sido concebido, sino también para muchas otras. Esta opción es válida mientras el material está en buen estado y también cuando deja de servir para su función principal.



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